LA CRUZ DE HIERRO
La Cruz de Hierro es un montículo de piedras, el más famoso de muchos que se encuentran a lo largo del Camino y se conocen en el mundo de las peregrinaciones como “humilladeros”. Dicho montículo está coronado por un poste de madera, de una altura aproximada de 5 m., que cuenta con una cruz de hierro como remate. El poste actual no es el original sino una copia, el poste y la cruz orinales han sido trasladado al cercano Museo de los Caminos de Astorga donde los peregrinos podrán visitarlos e informarse de la historia de este mítico punto del Camino.
Las leyendas de peregrinación que explican el significado de la Cruz de Ferro y los otros “humilladeros” del Camino, cuentan que estos montículos eran formados por los propios peregrinos al arrojar y acumular en esos puntos piedras que transportaban desde lugares de origen. ¿Por qué ese traslado de piedras? Para llevar a otras tierras las que se necesitaban para la construcción de iglesias y capillas, incluso para la propia catedral de Santiago de Compostela, pues según la leyenda más famosa fue el propio cabildo de Santiago el que promovió que los peregrinos contribuyesen a su construcción portando piedras.
Sea como fuere, los humilladeros y las leyendas siguen vivos en el Camino y todavía hoy forma parte de la tradición jacobea que los peregrinos depositen a los pies de la cruz de Hierro una piedra traída de su lugar de origen.
Desde la historia nos llegan explicaciones muy diferentes. Para algunos historiadores la Cruz de Hierro tendría sus raíces en un culto o función anterior al paso del Camino de Santiago, durante el Imperio Romano, cuando habría sido utilizada como hito o señal que marcaba un límite territorial. Hay también quien defiende que fue originalmente un lugar de culto romano, en el que existiría un altar dedicado a Mercurio, dios protector de los caminantes y viajeros.
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