EL QUESO DE ARZÚA
Arzúa es uno de los pueblos más conocidos e importantes del Camino de Santiago. Junto a su patrimonio e historia, la villa posee un tesoro gastronómico que ningún peregrino o turista debe perderse: el queso de Arzúa.
Muy cerca de la iglesia parroquial de Santiago de Arzúa se alzan dos monumentos erigidos en honor a dos actividades fundamentales para los habitantes de Arzúa: el dedicado a los ganaderos y el conocido como monumento a las queseras. El monumento a las queseras es un homenaje agradecido a una producción que contribuyen ampliamente a sostener la economía local: el queso de Arzúa.
El queso de Arzúa obtuvo en 1989 la denominación de “Producto Galego de Calidade” y, en 1995, la “Denominación de Orixe Queixo de Arzúa-Ulloa”, desde entonces la promoción del producto no ha dejado de crecer, principalmente a través de la ya famosa “Festa do Queixo de Arzúa”.
El posible comprador debe estar alerta y saber que, a pesar de la denominación oficial, el queso de Arzúa responde también a los nombres de queso de Ulloa, Ulla, de “Paleta” o a otros más genéricos como “queso gallego” o “do país”.
Se trata de un queso elaborado con leche de vaca procedente de los ayuntamientos de la Ulloa, cruda o pasteurizada. Su forma es lenticular o cilíndrica. Aunque normalmente es más bien pequeño, en ocasiones llega a alcanzar los 2 kilos por pieza. La producción del queso de Arzúa es tanto artesanal como industrial. En la actualidad han surgido pequeñas queserías artesanales que siguen los pasos de la tradicional producción quesera y que se sitúan en los alrededores de la villa.
El queso es cremoso, graso y suave. Su corteza es fina cerosa, de color amarillo y textura elástica, mientras que la pasta es blanca o amarilla, muy blanda y mantecosa. El sabor es suave, algo ácido, variando su gusto de ligeramente amargo a levemente agrio según su elaboración haya sido en invierno o en verano, siendo éstos últimos más curados.
Se aconseja acompañar de vinos blancos o rosados jóvenes, ligeros y afrutado, así como conservar el queso a una temperatura que oscile entre los 8º y 10º, preferiblemente envuelto para evitar el contacto con el aire.
Conscientes de la calidad del producto, algunos vecinos de Arzúa decidieron organizar una fiesta del queso con el fin de promocionarlo. Corría el año 1975 cuando ésta fue celebrada por primera vez. El festejo tuvo un gran éxito y consiguió establecerse como un evento anual, de forma que cada año en torno al primer domingo del mes de marzo se celebra la “Festa do Queixo de Arzúa”. En la feria además de este producto se promocionan otras riquezas gastronómicas y artesanales locales: derivados del cerdo, miel, cerámica, pieles... El éxito de la fiesta superó todas las previsiones, obligando al ayuntamiento a construir un gran pabellón en el que desarrollar la exposición y venta de los productos.
Por otro lado, el peregrino que no desee cargar con el queso en los últimos días de sus peregrinación o que no disponga de un alojamiento para sus últimas noches donde pueda mantenerlo refrigerado, no debe preocuparse pues en Santiago de Compostela encontrará numerosos puntos de venta, incluyendo su hermoso mercado de abastos de Santiago de Compostela.
Foto: Commons Wikipedia, Adrián Estévez.