Astorga
La villa de Astorga con sus más de 11.000 habitantes, es uno de los núcleos más importantes que atraviesa el Camino de Santiago, particularmente conocido por la riqueza de su patrimonio histórico-artístico. Ocupa además en el Camino un lugar geográfico privilegiado, siendo lugar de encuentro entre el Camino Francés y la antigua Vía de la Plata.
Foto Ángel M Felicisimo
Su origen es romano, pues fue en tiempos romanos cuando se erigió como importante capital para el comercio del oro extraído de las minas de Gallaecia y Asturica. Por esta razón fue construida en un nudo de comunicaciones, en un punto central atravesado no sólo por la célebre vía de la Plata sino también por otras ocho calzadas romanas. De la época romana la villa conserva numerosos restos arqueológicos, aunque la mayor parte están todavía ocultos en su subsuelo.
Entre las construcciones más antiguas preservadas en Astorga, sobresale su muralla medieval, que conserva parte de sus basamentos romanos. Este recinto amurallado, reforzado por cubos semicirculares, merece sin duda una visita.
Pero los edificios más célebres de la villa son de carácter religioso. Como ciudad episcopal Astorga fue dotada de una catedral y un palacio para sus obispos, ambas arquitecturas de extraordinario valor artístico: la catedral dedicada a Santa María y el palacio episcopal obra del arquitecto Antonio Gaudí.
La catedral de Santa María comenzó a construirse a finales del siglo XV, contando con arquitectos de renombre como Rodrigo Gil de Hontañón y Francisco de Colonia. Las obras continuaron hasta el siglo XVIII, por lo que buena parte del edificio actual es de estilo barroco. Vale la pena visitar su interior y ver sus hermosas vidrieras, muchas de ellas del siglo XVI, así como la escultura románica de la Virgen de la Majestad y, sobre todo, el fantástico retablo mayor del siglo XVI, obra de Gaspar Becerra muy influida por el arte de Miguel Ángel.
El Palacio Episcopal de Antonio Gaudí, fue encargado en 1889 por el obispo Grau Vallespinós. En sus dependencias pueden verse numerosos elementos modernistas. Es posible visitar su interior puesto que acoge el Museo de los Caminos, con interesantes fondos de arte sacro que proceden de toda la diócesis.
El peregrino o turista no debe olvidarse de visitar el Ayuntamiento, arquitectura del siglo XVIII con un hermoso reloj con autómatas en su fachada, y la Iglesia de San Bartolomé, con restos medievales.