La Colegiata de Roncesvalles
Roncesvalles es un rincón mágico del norte de Navarra, uno de esos lugares cuya visita no se olvida. Está situado junto a la frontera francesa, al pie de los Pirineos, y debe su celebridad mundial tanto a su belleza natural como al hecho de haber sido el lugar donde se desarrolló una de las batallas más legendarias de Occidente: la Batalla de Roncesvalles. La mítica batalla tuvo lugar en el 778 y pasó a la historia por ser la protagonista de la “La Chançon de Roland”, el más famoso de poema épico de toda la Edad Media.
Colegiata de Roncesvalles. Foto: Wikipedia, Marianne Casamance
Fue en 1127, cuando el rey Alfonso el Batallador instó al entonces obispo de Pamplona a fundar en Roncesvalles una institución que pudiese acoger y asistir a los peregrinos que llegaban a través de los Pirineos, la mayoría de los cuales se dirigían a Santiago. Nació así una primera institución hospitalaria (albergue-hospital) que, más tarde, a comienzos del siglo XIII, sería dotada por el rey Sancho VII de Navarra con la actual arquitectura de su iglesia así como con su título de Real Colegiata de Roncesvalles.
La iglesia está considerada como uno de los mejores ejemplos del estilo gótico francés de su tiempo, que sigue en su planta y alzado el mismo patrón que la Catedral de Notre Dame de Paris. A lo largo de los siglos la Colegiata sufrió diversos incendios que obligaron a realizar varias reformas en su iglesia, la más profunda de las cuales fue una reconstrucción realizada a comienzos del siglo XVII que transformó parcialmente su apariencia exterior, enmascarando en parte su interior gótico.
Una visita a la Colegiata debería incluir el interior de esa iglesia y la visita a la escultura de la Virgen de Orreaga, imagen de María con el Niño en brazos que posee gran valor artístico y devoción popular. También recomendamos la visita del claustro y de la sala capitular o capilla de San Agustín a la que se accede desde el mismo; en esa sala se conserva una extraordinaria sepultura del siglo XIII, la tumba de Sancho el Fuerte, cuya estatua yacente posee, según la leyenda, la estatura real del monarca: ¡2,25 metros!
El conjunto posee también museo-biblioteca, con salas en las que se conservan numerosos tesoros documentales y bibliófilos, así como muchas otras piezas de gran valor entre las que destacamos al conocido como Ajedrez de Carlomagno, obra singular que ha dado lugar a numerosas leyendas y tradiciones.
Otras pequeñas construcciones arquitectónicas completan el conjunto: la casa Itzandegia, una arquitectura de estilo gótico que pudo ser en su origen una vivienda o parte del hospital de peregrinos; la capilla dedicada a Santiago y, situado entre esas dos arquitecturas, el Monumento a la Batalla de Roncesvalles, cuyos relieves ilustran la historia de la mítica contienda.
